Esta obra fue escrita por la autora cuidando su forma pura, respetando la más clásica tradición castellana tratando a Dios con las palabras que el ya está acostumbrado a oír, ya que lo que pensaba Pita Amor decirle era una expresión muy personal para comprometerlo de una manera u otra. Estos versos, estos renglones contradictorios, los escribió en diferentes estados de ánimo; de ahí que oscilen desde la fácil herejía hasta el impaciente misticismo; desde el punto más lúcido de su mente, hasta el más exaltado latido de su corazón, pasando por la sombra y por la opaca indiferencia.
Guadalupe Amor