Huyendo de los bombardeos alemanes, en 1914 Alfonso Reyes y su familia salieron de Burdeos rumbo a San Sebastián, para instalarse en Madrid. A lo largo de un exilio que duró diez años y en medio del agobio por numerosas angustias y preocupaciones, el autor halló un remanso de paz y lucidez en las cartas que intercambiaba con su maestro amigo Pedro Henríquez Ureña, quien en esos años dictaba cátedra en la Universidad de Minnesota.
Este segundo tomo muestra a dos autores que han dejado el Ateneo para empezar a trabajar en sus proyectos de manera individual lejos de México. La frecuencia de las cartas, la dedicación que ambos ponen en cada una de ellas y las afinidades críticas demuestran que la admiración y el respeto mutuo fueron estimulantes para la obra de ambos intelectuales; su intercambio epistolar es profuso en comentarios sobre la literatura internacional en su contexto histórico.
ADOLFO CASTAÑÓN (ed.)
ISAURA CONTRERAS,
ALMA DELIA HERNÁNDEZ,
LOURDES BORBOLLA,
VERÓNICA BÁEZ, Y
GILDA LUGO ABREU