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Hay existencias
María Luisa Tarrés reflexionó acerca de la búsqueda de la identidad femenina, sobre la interrogación que se resume en la pregunta “qué significa ser mujer” en un mundo en el que el hombre monopoliza el discurso y lo bloquea el ejercicio de “la voluntad de ser”. Esa voluntad se plasma en el esfuerzo por superar la subordinación a través de la afirmación de la igualdad esencial entre hombres y mujeres. Así, su reflexión se plasma en la construcción de una subjetividad específica que incluya diversas dimensiones y que permita la inserción plena de las mujeres en la vida social. Por lo tanto, la identidad no se logra sólo a través del ejercicio de las capacidades socialmente asignadas a las mujeres, sino por una progresiva toma de conciencia de lo que cada mujer logra para construirla.
En sucesivas investigaciones empíricas, basadas en el estudio de trayectorias biográficas, María Luisa Tarrés pudo dar sustento a las etapas que configuran ese proceso de toma de conciencia de ese “yo” en construcción. En ese esfuerzo por generar la “voluntad de ser”, se desarrollan acciones colectivas que se han expresado desde el inicio del siglo XX en movilizaciones de mujeres para lograr el derecho al voto, llevadas a cabo por las sufragistas, de las mujeres que lograron convertirse en médicas y docentes universitarias, de dirigentes políticas y de aquellas que conformaron los aparatos institucionales en la educación y en la salud pública. Todo ello contribuye a superar una concepción esencialista de la identidad para así lograr el “ser”. Entonces, ser “mujer” implica definirse como “sujeto” inserto en una sociedad como cualquier ser humano.