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Sin existencias
La presión que en términos constantes ha recaído sobre el campo mexicano se agudiza en la actualidad por un conjunto de cambios cuya importancia estriba no sólo en su variedad, sino también en sus repercusiones sobre la tenencia de la tierra, el trabajo y las formas de vida de las familias rurales. Se afianzan procesos que amplían la participación de la mujer en la esfera del trabajo asalariado rural. Esto redunda en el reacomodo de los vínculos entre géneros y generaciones; además, en el interior del hogar comienzan a redefinirse las relaciones de autoridad familiar: al lado del jefe de familia se redimensiona la autoridad de la mujer y sus parientes políticos. Uno de los cuestionamientos a los estudios de los setenta es que al centrar la atención sobre el “impacto” de los cambios económicos en las condiciones de vida, no tomaban en cuenta que los nexos sociales y las configuraciones culturales preexistentes también estaban incidiendo. Las investigaciones reunidas en este libro parten de la complejidad de los procesos actuales y procuran —desde una perspectiva de género— subrayar el hecho de que las mujeres rurales van emergiendo como protagonistas fundamentales.
Vania Salles
Soledad González Montes (coords.)