La educación de las mujeres fue preocupación de las autoridades, de los religiosos y de los padres de familia. Pero, como algo propio de la vida novohispana, gran parte de las normas educativas se impartían en el hogar o en la iglesia; se transmitían por tradición al margen de los pocos establecimientos que funcionaban como verdaderos centros de enseñanza.
Pilar Gonzalbo Aizpuru