Descripción
Existen pocos periodos históricos tan cargados de estupefacción, de ideas y prácticas novedosas, de desconcierto y de acontecimientos que cimbran a una vastísima entidad política como los veinticuatro meses transcurridos en el mundo hispánico entre las primaveras de 1808 y 1810. Desde el levantamiento del pueblo de Madrid en contra del ejército francés en mayo de 1808 hasta la decisión de la Junta de Caracas de no reconocer a la Regencia en abril de 1810, la monarquía hispánica sufre una profunda transformación ideológica (cuyo centro de irradiación, se olvida a menudo en América Latina, está en la metrópoli). Mirada desde la perspectiva actual, esta transformación puede ser considerada revolucionaria; sin embargo, a los ojos de los actores americanos estaba lejos de serlo. En todo caso, su incertidumbre con respecto a lo que estaba sucediendo en la Península y el inmenso vacío de poder creado por la ocupación napoleónica son dos de los elementos centrales para entender este periodo desde una perspectiva hispánica.