Se ha hecho ya la novela del trópico enloquecedor y asesino. Novela monstruosa, envenenada de paludismo y mordeduras de víboras, donde el homicidio está situado como una obvia categoría cotidiana, y el dolor de la carne, en bestias y hombres, duele a lo largo de todas las páginas, emborrachando de doler y heder.
Alfredo Pareja Diez-Canseco