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Hay existencias
Los caciques estatales y los hombres fuertes de las diferentes entidades mexicanas fueron eliminados a medida que avanzaba el proceso de centralización política del Estado posrevolucionario entre 1920 y 1940, pero no ocurrió así con los intermediarios regionales . Al contrario, como demuestra la presente obra con el estudio de Michoacán, la edificación del Estado, el cumplimiento de sus políticas, el control de las masas y el mantenimiento del orden público tuvo que recurrir a ellos. Pese a su importancia, la historiografía -tanto estatalista como revisionista- ha descuidado el papel de esta figuras menores de la clase política.
Enrique Guerra Manzo