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Hay existencias
Este libro reseña cómo, entre 1828 y 1917, las leyes de naturalización establecieron lo que los extranjeros tenían que ser y hacer para dejar de serlo, y cómo los encargados del proceso transformaron un trámite burocrático en un espacio de control para un grupo que, aunque pequeño, era considerado peligroso. Por otra parte, las solicitudes de quienes querían “pertenecer a la gran familia mexicana” no sólo daban pruebas de que cumplían con los requisitos legales. También expresaban las razones por las cuales querían cambiar de nacionalidad, escritas en clave de lo que creían eran las expectativas de las autoridades mexicanas.
Erika Pani