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Sin existencias
Ésta es una macrohistoria de México, desde la perspectiva de los extranjeros que inmigraron al país y de los mexicanos que emigraron de él, basada mayormente en fuentes primarias impresas, fuentes inéditas y monografías. En el primer volumen se estudia desde la victoria de Santa Anna y de Mier y Terán que impidió la reconquista española en 1829; la independencia de Texas (1836); la victoria francesa de 1838 y la estadunidense, una década después, hasta las diversas inmigraciones de franceses, barcelonetes, belgas, italianos e incluso rusos, pasando por los cien mil mexicanos que se convirtieron en extranjeros en su propia tierra. En el segundo volumen, ya establecida la libertad de cultos, se abre una atmósfera liberal que disminuye el problema de escoger entre inmigrantes sajones y latinos. Entre los primeros sobresale la colonización mormona; entre los segundos, la italiana. El tradicional recelo frente a los estadunidenses transforma la xenofilia en xenofobia. Además, la creciente salida de braceros a Estados Unidos confirma que México es un país de emigración y no de inmigración. En el tercer volumen (1910-1970) se estudia la Revolución mexicana, boxer según los extranjeros afectados por ella, nacionalista según el gobierno mexicano y grandes sectores populares. En la década de los veinte regresa a México buen número de mormones que se habían refugiado en Estados Unidos, y llegan menonitas, judíos, sirios y libaneses, principalmente. La crisis de 1929 expulsó a muchos mexicanos de Estados Unidos y a muchos chinos de México, sobre todo del noroeste. Con la explosión demográfica y la segunda guerra mundial cobra una fuerza aún mayor la emigración de los braceros a Estados Unidos. Sin embargo, en la década de los cuarenta llegan los españoles republicanos; a partir de los cincuenta, estadunidenses jubilados, y en los setenta veteranos de la guerra de Vietnam.
Moisés González Navarro